25. Alstromoeria

En este mes de enero la alstromoeria,
la sepultada flor, la sumergida,
de su secreto sube hacia los páramos.
Y amaneció rosado el roquerío.
Mis ojos reconocen
su marca triangular sobre la arena.
Yo me pregunto
viendo
el diente pálido
de un pétalo, el regazo
perfecto de sus íntimos lunares,
el suave fuego de su simetría,
cómo se preparó bajo la tierra?
Cómo donde no había sino polvo,
pedruscos o ceniza
surgió incitante, pura, aderezada,
encrespando en la vida su hermosura?
Cómo fue aquel trabajo subterráneo?
Cuándo se unió la forma con el polen?
Cómo a la oscuridad
llegó el rocío
y ascendió con la tierna llamarada
de la flor repentina
hasta que se tejieron gota a gota,
hilo por hilo las regiones secas
y por la luz rosada
pasó el aire esparciendo la fragancia
como si allí naciera
de pura tierra seca y abandono
fecundidad florida,
frescura por amor multiplicada?

Así pensé en enero
mirando el seco ayer mientras ahora
tímida y crespa crece
la tierna multitud de alstromoeria:
y donde piedra y páramo
estuvieron
pasa el viento en su nave navegando
las olas olorosas.
Pablo Neruda

No hay comentarios:

Publicar un comentario