VI Alvarado

Alvarado, con garras y cuchillos,
cayó sobre las chozas, arrasó
el patrimonio del orfebre,
raptó la rosa nupcial de la tribu,
agredió razas, predios, religiones,
fue la caja caudal de los ladrones,
el halcón clandestino de la muerte.

Hacia el gran río verde, el Papaloapan,
Río de Mariposas, fue más tarde
llevando sangre en su estandarte.

El grave río vio sus hijos
morir o sobrevivir esclavos,
vio arder en las hogueras junto al agua
raza y razón, cabezas juveniles.
Pero no se agotaron los dolores
como a su paso endurecido
hacia nuevas capitanías.
 
Pablo Neruda

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